De Viajes… (Península Valdés)

Un día “a campo”

«… La estepa -por su parte- es un poco más esquiva. Se devela despacio, guardando sus secretos solo parta quien posee curiosidad y paciencia. Es como un cielo estrellado, al principio se ven pocas estrellas, aunque a medida que fijamos la vista en él, miríadas se estrellas se ofrecen a los ojos…»

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Poco hace falta para recargar el espíritu. Poco, y pocas veces hacemos uso de ello.

No hacen falta grandes viajes, en general -si se sabe ver- pueden estar muy cerca. No importa donde uno viva, siempre hay un pedacito de esa naturaleza “insolente” que perdura aún en medio de la ciudad.

Reconozco ser muy afortunado por haber elegido -hace mucho ya- un lugar “de privilegio” para vivir. Es casi “el patio de juegos” y frecuentarlo un verdadero bálsamo… Cuando logro abstraerme de algunas conductas de quienes lo visitan.

Desde hace años recorro esos caminos, en ocasiones mostrándoselo a viajeros ávidos de encontrarse con la vital naturaleza, y otras únicamente para el íntimo disfrute.

Ambas formas – a su manera- son gratificantes.

Del mar y sus costas todo lo que se pueda decir es –cuando menos- insuficiente. Paisajes, mareas, criaturas que lo habitan, o que lo sobrevuelan, luces y colores satisfacen todos los sentidos. Los cinco y alguno más…

La estepa -por su parte- es un poco más esquiva. Se devela despacio, guardando sus secretos solo para quien posee curiosidad y paciencia. Es como un cielo estrellado, al principio se ven pocas estrellas, aunque a medida que fijamos la vista en él, miríadas de ellas se ofrecen a los ojos…

Recorrer el interior de la Península Valdés requiere paciencia y olvidar el sumar kilómetros raudamente en busca de “el siguiente destino”. Quien escudriñe ese vasto y aparentemente monótono paisaje descubrirá muchos escondidos secretos…

Algunas fotos muestran parte de ese mundo solo accesible a quienes saben mirar.

La vida, el pasado, las formas, los colores...

La vida, el pasado, las formas, los colores; cangrejo fosilizado, martineta, salina, flores…

Sobre la ruta o al costado del camino, se maniofiesta la vida...

Sobre la ruta o al costado del camino, se manifiesta la vida, el paisaje…

Quienes –por desidia, insensibilidad, o simple apuro- privilegian el acelerador solo ven tierra frente a sus ojos… Y provocan muy a menudo la muerte de criaturas silvestres o la suya propia…

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